viernes, 9 de octubre de 2015

Empieza hoy



Siempre me he considerado una persona diferente. A veces pienso que debí nacer en otra época. Hoy me impacto una aparentemente simple pregunta, que por lo general son pocos quienes se la plantean, ya sea por la rutina, falta de autoexploración personal o miedo a saber la respuesta. Alguna vez te has preguntado: Quien eres? Y no me refiero a cuál es tu nombre, ni  tu dirección, ni  tu genero y mucho menos tu trabajo o profesión. Mi pregunta es, quien eres en realidad, quien eres cuando estas solo y nadie te ve, quien eres cuando no tienes que demostrar alguna careta; me pregunto quién eres en el fondo, que te hace reír de verdad, que te hace feliz.

Muchas veces en la vida, sobretodo mientras crecemos, tomamos decisiones que nos hacen seleccionar un determinado camino, y muchas veces intentamos seleccionar el camino ideal o el más adecuado de acuerdo a las expectativas que los demás tienen de nosotros, de acuerdo a lo que la sociedad establece como éxito, de acuerdo a lo que nuestros padres esperan. Pero qué hay de lo que nosotros esperamos, de lo que nosotros queríamos cuando teníamos 8 años y cuando los grandes nos abruman con la típica pregunta: Que quieres ser de grande? Nosotros contestábamos con sinceridad, y decíamos lo en verdad queríamos, ya sea ser escritor, astronauta, explorador, cantante o matemático. 

No creo que nadie a esa edad, piense en ser exitoso, solo queríamos ser felices. Y conforme pasa el tiempo, uno se da cuenta que a pesar de tener todo lo que nos proponemos, todavía se siente un vacio, todavía no se siente bien, todavía no te sientes feliz y piensas en conseguir aún mas, ya que eso te hace sentir que si consigues ese ascenso, ese peso, ese cuerpo, ese carro, esa casa de playa con piscina, entonces, mágicamente, automáticamente, y sin dudarlo, serás feliz. Y misteriosamente, te presionas más y más  en el trabajo, en el gimnasio y en tu día a día, para llegar más rápido a tu nueva meta. Como si no fuera suficiente quien eres o donde estas.

Y entonces, cuando menos lo imaginas, perdiste el peso que deseabas, ascendiste y te compraste lo que tanto anhelabas; pero de pronto, no sientes la “felicidad” que esperabas, y de pronto, te das cuenta que eso te hace encajar mejor en la sociedad actual, te hace quedar mejor frente a tu pareja o tus padres, pero que hay de ti?; y sin saber la razón, sigues sin recordar tu rumbo. 

Conforme los días pasan, te das cuenta, la vida es demasiado corta para encajar en todo lugar.  La vida es demasiado hermosa para no sentirnos completamente libres con nuestras elecciones diarias, sin importar cuales sean. Empieza hoy, nunca es tarde para empezar de nuevo e ir en contra de todo los estereotipos con los que hemos aprendido a vivir. Es difícil romper los nuestros esquemas, y definitivamente da miedo el cambio, pero si lo que hacemos hoy, no nos hace sonreír de la alegría, no nos hace inspirarnos, no nos hace sentirnos extraordinarios; entonces es mejor aventurarse a lo desconocido y empezar a ser nosotros mismos, siendo fieles a quien somos interiormente, siendo fieles a nuestras ideas, pensamientos, sentimientos y actitudes.

Nacimos, y conforme fuimos creciendo, empezamos adoptar actitudes en nuestro comportamiento para satisfacer a nuestros amigos, a nuestros padres, a nuestros maestros, al chico o chica que nos gusto. Y así, sin darnos cuenta y sin preverlo, adquirimos un rol establecido, un comportamiento determinado que nos representa con los demás, y muchas veces, para no ir en contra de lo que los demás piensan que somos, dejamos a un lado lo que se nos antojó hacer o decir. A veces, nos mentimos tanto, que intentamos engañarnos, diciéndonos, repitiéndonos que está bien, que así nos comportamos, que determinada marca de ropa, determinado perfume, determinadas actitudes son meramente nuestras; pero muy en el fondo sabemos lo que queremos.

Siempre se nos dijo que actuáramos de una determinada manera, es decir, por ejemplo: si eres la típica chica sociable que le gusta la ropa y los accesorios y reír en voz alta, automáticamente, ser inteligente queda descartado, ya que ser la chica fashion es lo que te representa. Y por el otro lado, si eres inteligente y adoras los libros, todos esperan que tengas perfectas calificaciones, y no que seas sexy y femenina, ya que esas características no te representan del todo. 

Pienso firmemente que todos los seres humanos somos demasiado complejos para ser disminuidos en algo tan escaso como un estereotipo. Todos, sin excepciones, tenemos diferentes facetas, y debemos sentirnos cómodos con todas y cada una ellas. Una mujer puede ser inteligente, leer libros y tener buenas calificaciones, y al mismo tiempo ser amante de la moda, ser sociable, ir al salón de belleza y sentirse sexy. No tiene porque sentirse mal, cuando su comportamiento no encaja con los estereotipos típicos. Somos personas llenas de sentimientos y emociones, y merecemos ser aceptados, sin la presión de ser de alguna determinada manera.

1 comentario: